Desde bien pequeño, Nacho Manzano tuvo clara su profesión y sus sueños. Una historia a la vieja usanza que bien podría haber sido el argumento o la inspiración de alguno de los cuentos de los Hermanos Grimm. Criado en un entorno familiar y natural de Asturias, viendo día tras día a sus padres trabajar en un comercio mixto que surtía alimentos y otros víveres al pequeño barrio de La Salgar en Arriondas, empezó a desarrollar su gusto e interés por la cocina. Fiel admirador de la cocina de su madre, Nacho confiesa que le apasionaba comer y visitar desde muy joven los restaurantes “de pequeño me lo pasaba muy bien cuando íbamos a comer todos, me interesaba muchísimo lo que allí ocurría”. Tras terminar sus estudios decidió aprender el oficio de cocinero y se trasladó hasta Gijón, donde estuvo siete años de pinche en la cocina de un restaurante, pero con una idea siempre clara en su cabeza “volver a mi casa y abrir mi propio negocio”, según asegura ahora el reconocido chef.
En la actualidad, Nacho Manzano, regenta en compañía de su hermana Esther Manzano, también de profesión chef, dos restaurantes que han sido reconocidos con la Estrella Michelin, el primero de ellos y con el cual vio Nacho cumplido su sueño de volver a casa y montar un restaurante es Casa Marcial, situado en el barrio de La Salgar, donde creció junto a sus padres y hermanas, y que ya ha sido merecedor no de una Estrella, sino de dos. Este restaurante, que hace homenaje con su nombre al padre de los hermanos Manzano, es en el que prima la cocina más innovadora y en el que Nacho pasa la mayor parte del tiempo. Por otro lado, el segundo restaurante que pusieron en marcha fue La Salgar, esta vez con un nombre homenaje a sus raíces, y situado en el Museo del Pueblo en Gijón, un restaurante con un entorno único en el que toma más relevancia la tradición, y en el que las riendas las lleva más asiduamente Esther Manzano.
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