Un hecho aislado no compone el todo. La unión de elementos es la que determina un resultado. Pero esto tampoco lo es todo. Se requiere algo más: prestarles la debida atención. Una observancia necesaria para no apartarse de la guía trazada para conseguir el fin deseado: el éxito y el buen funcionamiento en el caso de un establecimiento de hostelería, por ejemplo. Como viene siendo habitual, Lucio Tanfi, barista y formador de la Università del Caffè di Spagna e Portogallo, de illycaffè, en estas páginas aborda cuestiones de vital interés e importancia para la marcha positiva de un local de hostelería. Es obvio que aspectos como la limpieza, calidad y presentación de las propuestas que se ofrecen, la dispensación de un buen servicio o la capacidad del personal del establecimiento para involucrar al cliente a vivir una experiencia positiva y gratificante son aspectos más evidentes o comunes sobre los que primeramente se focaliza la atención. Pero existen otros factores también determinantes para invitar a entrar a los clientes al bar o restaurante.
Si el escaparate es la tarjeta de visita de un local, su cartel o letrero es su imán. De hecho, consiste en el reclamo con mayor inmediatez y fuerza. Su función es atraer a los clientes y hacer que traspasen el umbral de la puerta del local, actuando con un auténtico e importantísimo instrumento de comunicación.
No basta con tener buena calidad de puertas para adentro, también es fundamental saberla comunicar, si se desea la prosperidad de un negocio. Por ello, la enseña del local es esencial, ya que representa la primera impresión que se llevará la clientela.
Realmente, la enseña es el carnet de identidad del bar o restaurante, y como tal debe saber transmitir de forma inmediata el estilo, la estética y el carácter que encontrarán los clientes al acceder al mismo.

 

 

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