La calidad es rentable siempre. En tiempos de crisis se revela fuerte una tentación: abaratar los precios. ¿Será la estrategia apropiada para mantenerse a flote aunque reduciendo los estándares del bar? Para salir triunfadores hay que mirar a largo plazo y tener presente que los clientes nunca renunciarán a su propia satisfacción, incluso teniendo delante la oferta más conveniente. Precisamente, del beneficio de la calidad habla Lucio Tanfi, barista- formador de la Università del Caffè di Spagna e Portogallo de illycaffè. La calidad que ofrece un local de hostelería es su auténtico cimiento, siendo el ingrediente indispensable para el éxito del local, además de la satisfacción del cliente. En un mercado que a traviesa momentos de dificultad económica, quien apuesta sólo por cuestiones de precio, se arriesga a durar poco. El ‘tirar’ los precios para atraer a la clientela es una táctica muy poco sostenible y peligrosa.
En el otro lado de la balanza, y no menos importante, se hallan las percepciones de los clientes. Un consumidor puede ser atraído por una oferta muy ventajosa, pero si el producto que adquiere a un precio bajo es de escasa calidad, seguramente evitará comprarlo nuevamente.
No es posible simular la calidad y es una condición esencial para una satisfactoria experiencia de consumo en un local. Se trata de una cuestión que podemos comprobar todos. ¿Quién no diría que es mejor un buen café pagado a un justo precio, que tres ‘espresso’ económicos que producen dolor de estómago? Además, hay que tener en cuenta que un precio bajo levanta sospechas al consumidor. ¿Cómo es posible que valga tan barato ese producto? ¿Tendrá algún truco que no se ve?
No obstante, realizar una promoción es siempre lícito y puede ser una iniciativa muy útil para los negocios, pero es necesario hacerlo tutelando los estándares de excelencia.

 

 

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