El coctelero ha creado en su Taberna La Solía un lugar donde dar culto al vermú, tanto solo como en combinaciones de lo más sofisticadas. Hasta hace su propio vermú para mayor gloria del producto.

Óscar Solana no lleva la coctelería en la sangre, más bien, la lleva en el alma. Reconoce que llegó casi por casualidad pero, cuando la vida lo colocó en la situación más terrible de su existencia, volvió a la barra como zona salvadora y creando un auténtico templo del vermú, la Taberna La Solía.

“Ya lo decía Hipócrates, el vermú es un vino macerado con plantas fundamentalmente el ajenjo que se utiliza como reconstituyente para el estómago. Un vino ‘hipocrático’ que servía como fármaco y que más adelante Benedetto Carpano le buscó sabores más dulces para conquistar el sabor femenino, lo que dió origen al actual vermú. Para mí, respecto a otros licores, tiene nombre propio. Es más, tiene hasta su propio momento: ‘la hora del vermut’”, aclara Solana sobre su devoción por este líquido.

El coctelero creó hace cuatro años su propio vermú siguiendo la estela de uno de los mejores concursos del sector: la ‘World Class’. “Llegué a la final y uno de los ‘challenges’ a los que nos teníamos que enfrentar era el de Martini de autor. Teníamos que crear un ‘Dry Martini’ y yo elaboré un vermú propio a partir de un vino blanco macerado, entre otras cosas, con eucalipto, y conseguí ganar el ‘challenge’. Desde ese momento, se me me metió en la cabeza la idea de crear mi propia marca”.

Pero su licor no podía ser tan simple, así que Óscar Solana tiró de maceración en té de roca o té del puerto, que es una infusión de origen cántabro que se da en los Picos de Europa y que consigue eliminar la sensación empalagosa de esta bebida. De esta forma, el vermú Óscar Solana es de paso suave en boca y con una muy baja sensación alcohólica a la hora de tomarlo.

 

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