El restaurante del hotel Cordián Mogán Playa es un fiel reflejo de la sensata creatividad del canario Alexis Álvarez, formado junto a grandes chefs que marcaron tendencia

 A sus 56 años, el chef canario Alexis Álvarez tiene muy clara su misión en la vida: hacer feliz a la gente dando de comer lo mejor que sabe. Y esa forma de ver la vida y la hostelería hizo que en 2020 le dieran la estrella al restaurante Los Guayres, situado dentro del hotel Cordial Mogán Playa, de Gran Canaria; un hotel donde lleva trabajando desde su apertura en 2004.  

Con 14 años se apuntó a la Escuela de Hostelería Santa Brígida, un centro de mucho prestigio, hoy privado. “No sabía si quería ser cocinero o si terminaría trabajando de esto”, reconoce, ya que muchos de sus compañeros no aguantaban el estrés, la presión de la cocina o los horarios. Con tan solo 20 años tuvo claro que quería formarse junto a los grandes chefs del momento, lo que le llevó a trasladarse a la península. Llegó primero a Madrid, en octubre de 1991 y pocos meses después comenzó trabajando bajo la batuta de Pedro Larumbe en Cabo Mayor. “Fue la primera vez que estuve en un restaurante con estrella Michelin”. En 1993, con la llegada de la crisis económica y acogiéndose al paro, decidió trasladarse al País Vasco y rodearse de los mejores. Era la cuna gastronómica del momento y consiguió entrar en las cocinas de Juan Mari Arzak y Pedro Subijana. “Eran los mejores. Arzak era el número uno de España y Fernando estaba despuntando. No fue fácil, pero tuve la gran suerte de entrar en todos esos”. Y esa misma formación ha marcado, en gran medida, el estilo de cocina que elabora en Los Guayres. También influyó, en parte, Ferran Adriá, con quien quiso trabajar tras ver publicado el libro “El Bulli. El Sabor del Mediterráneo”. Fue precisamente Andoni Luis Aduriz, entonces jefe de partida de El Bulli, quien le introdujo allí y donde permaneció entre marzo y octubre de 1994. “Aprendí mucho. No ganaba dinero, pero era feliz”. Los recuerdos de aquellos tiempos volvieron a su mente hace poco, al repasar sus apuntes, entre los que encontró la carta del restaurante de Juan Mari Arzak. “Aluciné con el nivel de la época, era altísimo y eso que han pasado treinta años. Tocaba materia prima de lujo, allí todo era a lo grande: tontor de bogavante, cigalas, áspic, los huevos con trufa famosos de Juan Mari…Eran ‘productazos’, la carta era impresionante”.

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