Los diseñadores de estos espacios han apostado por materiales naturales, como la madera, o que imitan esas texturas. Eso sí, los hosteleros y restauradores buscan zonas lo más sostenibles posibles y que impacten en el cliente
Han cambiado mucho las cosas desde que la terraza de un bar se construía en base a sillones de metal incómodos y mesas que cojeaban. Ahora, estos espacios se han convertido en una extensión del interior tanto en su diseño como en su funcionalidad y los responsables de la hostelería y la restauración quieren lugares llenos de alma.
“Antiguamente las terrazas eran unas mesas y sillas que te regalaba Cocacola o cualquier otra marca de cerveza y unas sombrillas de alguna firma de helados. Hoy en día, deben de estar ambientadas, muchos locales saben que el interior queda eclipsado por las terrazas e interesa invertir más fuera que dentro, ya que la terraza es el verdadero escaparate de un local”, advierte Alfonso Castellón, director del estudio Interior Design Marbella.
Además, tal y como explican en EMMME Studio, otro de los despachos que están notando la llegada de muchos proyectos para exteriores, lo que hemos vivido durante la pandemia en estos espacios al aire libre y lo que han significado para retomar la actividad de la hostelería y la restauración han marcado la forma en la que ahora se valoran estos metros cuadrados.
“Después de estos dos últimos años, interioristas y decoradores hemos detectado un fenómeno muy claro tras analizar las demandas de nuestros clientes en los nuevos proyectos: los clientes quieren que sus terrazas sean extensiones del interior, fomentar la sensación de conexión in&out, es decir que tanto dentro como fuera tengamos el mismo nivel de comodidad, privacidad o de servicio”, aclaran.
Para Francisco Segarra, expertos en el diseño de terrazas, hay un elemento clave para que estas construcciones funcionen y que es el que consigue realmente dar un tono diferente a cada uno de estos rincones: el mobiliario que se utilice.
“El exterior busca la autenticidad y la singularidad a través de una selección de mobiliario que huye de los típicos diseños en plástico. Una terraza, un patio o un jardín debe de tener alma y, por eso, requieren de piezas que se fundan con la naturaleza a través de sus materiales. Un espacio exterior es una prolongación del interior y ambos deben de saber fusionarse”, asegura.