El mercado de las salsas ha crecido en más de un 4% en ventas en el último año y se consolida con unos ingresos de más de 1.300 millones de euros. Pero es llamativo la entrada de nuevas variedades que no estaban en las recetas tradicionales españolas

Que a los españoles les gustan las salsas es una obviedad. Sólo hace falta echar un vistazo a la mesa de condimentos de cualquier restaurante, e incluso al frigorífico en nuestros hogares, para ver que no nos faltan tres o cuatro variedades de este acompañamiento gastronómico como mínimo.

De hecho, un estudio realizado por una empresa valenciana de salsas en 2023, dejaba claro que el 57% de los encuestados añade salsa para potenciar el sabor de sus platos de forma habitual mientras que el 35% también lo hace por experimentar nuevos sabores y matices en sus preparaciones.

Y las cifras de mercado de las compañías que producen salsas lo confirman puesto que, según la consultora Nielsen IQ, hasta marzo de 2024, este sector creció un 4,4% en ventas superando los 351 millones de kilos de producto envasado y consumido en nuestro país, respecto al ejercicio anterior.

Esto supuso una facturación de más de 1.351 millones de euros, un 14% más hasta este marzo, vinculado sobre todo al crecimiento de las ventas pero también a la subida del precio de los alimentos, que según la consultora Circana, experimentó una variación positiva del 10,2% en el último año.

Además, cerca del 35% de toda la producción española de salsas y condimentos se manda al extranjero colocándose nuestro país como el exportador número 11 del mundo en el año 2022, un puesto menos que el año anterior cuando consiguió entrar en el ‘top ten’ de vendedores de este tipo de acompañamientos.

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