A menudo suele decirse que un buen hotel es el que hace sentir al huésped “como en casa”. Bien, tal axioma nos llevaría a preguntarnos el porqué de una estancia si al fin y al cabo no se aprecia diferencia entre ambas experiencias. Al menos Hoteles Silken quiso desmarcarse cuando pensó que mejor sería utilizar para su marca otro lema: “que el cliente se sienta mejor que en su propia casa”. Que sea cierto o no ya es cosa de la valoración de ese cliente. La cadena hotelera, fundada en 1995, no escatima ideas, fuerza y trata de aplicarse en su “pasión por la excelencia” que le lleva a diversificar esfuerzos en el gusto estético de los espacios, el confort del equipamiento, la funcionalidad de sus instalaciones y la calidad del trato directo, tras la que se esconde una apuesta por la formación continua de los empleados. Hoteles Silken se focaliza en la singularidad, en la innovación y en la atención al visitante, casi por ese orden. Y es que los valores estéticos de todos sus hoteles, así como el diseño y la arquitectura como valores añadidos, ejercen de denominador común en la política de cadena.
Con establecimientos en 24 destinos de España, Andorra y Bruselas, Hoteles Silken gestiona un catálogo de 34 hoteles en el segmento urbano. Por lo tanto, como gestora hotelera, se mantiene al margen de las recientes tensiones accionariales de los actores que integran la propiedad de sus distintos hoteles. Javier Villanueva, director general de la cadena, puntualiza a Bar Business la filosofía de Hoteles Silken. “El que conoce Hoteles Silken sabe que somos servicio, arquitectura, diseño, confort, ubicación y gastronomía. Va en nuestro ADN. Podríamos decir que nuestra filosofía, nuestra esencia, está hasta en las letras de nuestro nombre”. A continuación, pormenoriza Villanueva conceptos detrás de cada una de las siglas: “S de satisfacción de clientes y propiedades.

 

 

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