Las principales asociaciones españolas apuestan por la trazabilidad, seguridad e internacionalización del sector ibérico para consolidar su futuro tras un año récord en producción cárnica como lo fue el pasado ejercicio

España es ya el cuarto productor mundial de carne de porcino, con un 4,1% de la producción global, y el segundo de la Unión Europea, con una cuota de mercado del 19%. El Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA), recientemente ha actualizado los datos de la producción española de carne y en el primer semestre de 2020 registra un crecimiento interanual del 3,3% respecto al mismo periodo de 2019, con un total de 3,7 millones de toneladas. El mayor crecimiento corresponde a la carne de porcino, con 405.459 toneladas solo en el mes de junio (+17,9%) y una producción acumulada entre enero y junio de 2,5 millones de toneladas (+5,5%).  

Estas buenas cifras se producen después de que en el año 2019 se registrara un récord en producción de carne en España: 7.248.529 toneladas de carne, lo que supuso un incremento del 3,1% con respecto al 2018. La carne de porcino sigue siendo la principal categoría en 2019, con un total de 4.627.179 toneladas y un crecimiento del 2,1% con respecto al 2018, lo que supone el 84,4% de las carnes producidas en nuestro país. 

El Panel de Consumo Alimentario del MAPA, “no aporta datos desagregados de los productos de porcino blanco e ibérico, al no existir una línea arancelaria específica para los productos ibéricos”, nos cuenta Miguel Huerta, secretario general de la Asociación Nacional de Industrias de la Carne de España (ANICE). Sin embargo, la Asociación Interprofesional de Cerdo Ibérico (ASICI), sí calcula que la cifra de negocio del ibérico superó los 2.000 millones de euros en 2019, lo que representa un 7,6% del total de la industria cárnica española. Según los datos extraídos del sistema ÍTACA (una web sectorial que registra y procesa toda la información de trazabilidad de las producciones de ibérico), en 2019 se sacrificaron 3.661.028 animales ibéricos, lo que supone un incremento del 40% desde 2014. En consonancia, se han identificado más de 13,8 millones de jamones y paletas en la última campaña (2019); dato que representa un incremento de más del 45% en los últimos cinco años.

En la categoría de elaborados cárnicos, ANICE recoge datos de producción de los principales productos en 2019. Lideran el ‘ranking’ los fiambres y jamón cocido, con 151.039 toneladas en 2019, seguido de salchichas (71.874 toneladas), jamón curado (65.362 toneladas) y fuet, salchichón y salami (51.058 toneladas). Si atendemos a los datos extraídos del Panel de Consumo Alimentario, referidos al consumo en hogares, en 2019 la carne de porcino sufrió una reducción del 3,8% con respecto al año anterior, hasta alcanzar los 9,64 kilos por persona y año. Mucho más acusado es el descenso si lo comparamos con el año 2012: un 9,7%. Concerniente a la carne transformada, el mayor crecimiento en consumo se produce en la categoría de tocino y panceta (+9,4% con respecto al 2018) o las salchichas (+1,6%), frente a otros descensos en el consumo en hogar, como embutidos cocidos (-3,9%), chorizo (- 1,0%) o jamón y paleta curado (-1,9%). Otros, sin embargo, no han sufrido ningún tipo de variación entre el año 2018 y 2019. Es el caso del lomo curado (0,28 kilos por persona y año), salchichón y salami (0,42 kilos) o jamón y paleta cocidos (1,22 kilos). 

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