Dos de los establecimientos más en boga de la escena culinaria madrileña, el restaurante de fusión Latasia y el nuevo Urrechu Velázquez, han querido ensalzar el producto y el trabajo de I+D de Central de Carnes Grupo Norteños con cuatro recetas a base de cortes únicos o poco habituales

Una materia prima excepcional, un sólido equipo de I+D y el manipulado 100% artesanal de sus piezas han convertido a Central de Carnes Grupo Norteños en la empresa cárnica líder tanto en calidad como en volumen de ventas dentro y fuera de nuestras fronteras.

En los últimos tiempos la empresa está apostando por recuperar las razas bovinas más singulares y por ofrecer al hostelero cortes desconocidos pero muy singulares y nuevas maduraciones que dan como resultado piezas únicas con las que sorprender a un público cada vez más exigente y viajado. Estas piezas son ahora las protagonistas de algunas de las nuevas propuestas de temporada de Urrechu Velázquez, el último proyecto en la capital del carismático chef vasco Íñigo Urrechu, y Latasia, el restaurante de fusión latinoamericana y asiática de los hermanos Sergio y Roberto Hernández.

Íñigo Pérez, más conocido como Íñigo Urrechu (nombre de su pueblo natal en Guipúzcoa), cuenta con más de 45 años de trayectoria y Urrechu Velázquez es su cuarto proyecto personal: un local divertido, ubicado en Madrid, con seis ambientes y coctelería de autor, pero sobre todo con una materia prima de primera que no necesita florituras. Bajo esta filosofía, el chef vasco ha incorporado esta temporada dos de los productos de innovación más especiales de Los Norteños: una sobre costilla cocinada a baja temperatura durante 24 horas acompañada de hierbas de campo y una ternera charra madurada durante 45 días, un producto exclusivo de Central de Carnes Grupo Norteños, ya que normalmente la ternera no se presta a la maduración.

En contraposición a la propuesta de Urrechu, los hermanos Hernández han apostado por recetas más elaboradas, cosmopolitas y viajeras. El primero de los dos platos de Latasia, castañeta de vaca confitada a baja temperatura con ‘curry verde thai’, procede de un corte muy singular, el Golden Coin, una pieza gelatinosa parecida al morcillo pero con un tamaño menor que permite cocinarla entera. La otra propuesta es el lomo saltado estilo ‘nikkei’: el Lomo de vaca Frisona, una variedad de origen alemán tan melosa que no necesita curación, se cocina a fuego vivo al ‘wok’ y se acompaña con setas japonesas ‘shimeji’, jengibre, cebolla china, arroz chaufa y salsas.

 

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