Los fabricantes de dulces navideños tienen como reto desestacionalizar el consumo de estos productos innovando en sabores, formatos o diversificándolos en sinergias con otros alimentos
El consumo de ciertos dulces como turrón, mazapán, polvorones u otras especialidades ha estado tradicionalmente ligado a las fechas cercanas a la Navidad. Esta estacionalidad en las ventas tiene su origen en un veto histórico del gremio de la confitería que duró aproximadamente 300 años (entre el siglo XVII y XIX) y se aplicó a los turroneros, a los cuales no se les permitía comercializar sus productos en las diferentes ciudades españolas. Hasta el día de hoy, el consumo de estos dulces se centra, principalmente, entre los quince días anteriores y posteriores al día de Navidad. Alberto Iglesias, ‘head group manager’ de Nielsen, observa que “dentro de los muchos momentos del año, la Navidad sigue teniendo cada vez mejores tendencias para varias de las categorías que la componen. Aunque haya cambios sociodemográficos y el consumidor sea cada vez más digital, lo cierto es que vemos cómo, en general, las últimas tendencias han sido positivas. En cuanto a los momentos de consumo, a pesar de encontrar los productos en el punto de venta cada vez con mayor antelación, los consumos siguen estando muy centrados en las fechas clave”. Coincide con la opinión de Rubén Moreno, secretario general de PRODULCE, la Asociación Española del Dulce, creada para representar y defender los intereses del sector que trabaja en las categorías de caramelos y chicles, chocolate y derivados del cacao, galletas, turrones y mazapanes, y pastelería: “el 60% de las ventas se concentra en el mes de diciembre y en los días previos a Nochebuena, es decir, en apenas 3 semanas”, aunque observa que el consumidor ha reaccionado de manera ilusionante a la oferta de este año, que ha sido algo más temprana con respecto a los últimos ejercicios. Eso es así porque en la mayoría de los supermercados españoles ya se ha registrado una presencia de dulces navideños desde el mes de octubre. Asimismo, resalta que el trabajo de las empresas de turrones y mazapanes, de una manera u otra, se reparte a lo largo de todo el año. Y eso, “unido al esfuerzo en innovación de productos y formatos, hace que el sector merezca estar a disposición del consumidor más allá de las Navidades. Sabemos que el consumidor, además, lo agradece”.
Atendiendo a los datos facilitados por la consultora Nielsen, este sector mantiene unas buenas cifras de producción y ventas. A excepción de los mazapanes, todas las categorías registran un crecimiento en ambos parámetros. A nivel global, y comparando los meses de julio de 2018 y 2019, las ventas de dulces navideños pasaron de 36.827 unidades del año pasado hasta las 38.838 de este año, y de 309.489 euros a los 325.037 euros del 2019, lo que representa un crecimiento del 5,04% y 5,02% respectivamente.
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