Tierra del buen comer y del buen beber es el País Vasco. Territorio que agrupa a un buen número de estrellas de la reputada Guía Roja, dicho sea de paso. Cultura gastronómica y vinícola no falta en este ‘terroir’, y a ello se ha sumado, no hace mucho tiempo, un lugar con personalidad propia como es Cork. “Un bar especializado en vinos”, como le gusta definir a su propietario Jonathan Hernando García, que colgó el cartel de abierto en el número 45 de la bilbaína calle de Licenciado Poza el 27 de noviembre de 2013. Un local al que a su alma máter también le complace presentar en sociedad como “un lugar de encuentro para todas aquellas personas amantes de probar distintas cosas, con la inquietud de degustar vinos diferentes a los habituales”, detalla su propietario de modo conciso. Concisión que desarrolla complacido con la siguiente explicación: “se trata de algo distinto a lo que se ofrecía hasta ahora en Bilbao. Bilbao ha sido siempre una ciudad de cultura vinícola, lógicamente por su cercanía a La Rioja, y por el hecho de estar enclavada en una región elaboradora del vino blanco ‘txakoli’. Esta capital ha estado ligada a un mismo tipo de producto y de paladar, siendo mi apuesta el dar a conocer vinos, quizá más atrevidos, es decir, productos con aromas y sabores que probablemente no se tienen archivados en la memoria. Hoy el consumidor busca cosas especiales, novedosas, productores nuevos, etc.”, puntualiza Jonathan Hernando.
Una aventura más arriesgada, pero que tiene sólidos cimientos donde sustentarse como es la tradición. “No obstante, soy muy de raíces clásicas en cuanto al vino, como los Riojas, los vinos de Borgoña o los de Burdeos”, manifiesta el creador de Cork. Que no en vano ha sido bautizado con ese nombre. “Para el local buscaba un nombre que me identificase totalmente con el vino, y pensé en un material como es el corcho que además forma parte del revestimiento del local, el cual usamos porque no sólo es un aislante, sino porque no está tan visto como otro tipo de materiales para decorar los bares. Por eso se llama Cork, que significa corcho en inglés”, señala Hernando.