A pesar de alejarnos de los patrones de la dieta mediterránea, con la crisis sanitaria se han recuperado hábitos saludables, algo que el sector ha notado en sus ventas
Sin duda, España es líder mundial en producción y exportación de aceite de oliva, con casi la mitad de la producción mundial, que en la actualidad ronda los tres millones de toneladas. No es de extrañar, pues atesoramos el 25% de la superficie olivar del mundo, con más de 200 variedades propias, donde el consumo de aceites de oliva de otros orígenes es anecdótico. Aun así, el sector reconoce que tiene mucho trabajo por delante, tanto en su labor pedagógica como en atraer al público más joven, que dedica mucho menos tiempo a cocinar. “En el caso de España, tenemos que rejuvenecer el perfil de nuestro consumidor. Al mismo tiempo, tenemos que transmitir todas las virtudes que atesora el producto, tanto desde el punto de vista culinario como de salud. Fuera de nuestras fronteras, por supuesto trabajamos para incrementar la demanda, pero ligada a la imagen del país. Queremos que el consumidor de todo el mundo elija nuestros aceites. Que esté dispuesto a pagar más por un producto único, de una altísima calidad”, apunta Teresa Pérez Millán, directora gerente de la Organización Interprofesional del aceite de oliva español, conocida como Aceites de Oliva de España. Esta es la organización que representa los diferentes agentes del sector, desde olivareros a cooperativas, industriales, envasadores y exportadores, con el objetivo de impulsar el consumo, la innovación y divulgación.
Las últimas campañas oleícolas, que toman como referencia el período entre el 1 de octubre y el 30 de septiembre del año siguiente, están recuperando registros “normales” que rondan los 1,5 millones de toneladas, como ha ocurrido en la actual campaña 2021-2022, que ya ha superado la campaña de cosecha “corta” iniciada en el último trimestre del 2019, donde se sobrepasaron tímidamente 1,1 millones de toneladas; y lejos, eso sí, de la campaña récord de hace cuatro años, cuando se registró la cifra de 1,8 millones de toneladas. Las ventas, por su parte, han ido creciendo desde hace años. “En las dos últimas campañas hemos logrado comercializar en todo el mundo más de 1,6 millones de toneladas. De esa cantidad, más de un millón se exporta a unos 170 países.