Cuesta creer que el conocimiento de este hotel no sea realmente masivo, al menos en España. Su pequeño formato puede estar entre las causas, teniendo en cuenta que esto es alta montaña -Pirineos, para ir fijando coordenadas- y temporada alta de esquí. Pero haber sido galardonado como el Mejor ‘Ski Boutique’ Hotel de Andorra 2015 en los premios austríacos ‘World Ski Awards’ debe significar algo. Mucho más cuando opera el siguiente desengaño: Grau Roig no es un hotel novísimo sino ya todo un veterano con 19 inviernos justos en su actual historial, y es que encendió sus motores allá por diciembre de 1996. Décadas antes, ya existía como pequeño refugio de montaña y hasta se convirtió a mediados de los años setenta en el primer hotel refugio del sector. La razón entonces por la que merece este espacio debiera ser de peso, puesto que en no pocas ocasiones certificamos el languidecer de numeras promesas que no merecen más que el altavoz del primer fogonazo. Desde luego, esta estrella andorrana no deja que se apague su fuego así como así. A continuación, detallamos los pormenores de este éxito que no entiende de mal de altura. Dejando el centro comercial del Principado a mano por si proceden todavía las últimas compras de rigor, y una vez que Soldeu ya no se ve por el retrovisor, sólo queda echar el freno en el último obstáculo antes de enfrentarse a la verdadera aventura del viaje. O no, porque habrá quien atraviese el mundo sin más miramiento que el que proporcionen las vistas de su habitación de hotel. Para qué más, pensarán algunos. Sin embargo, otros no podrán resistirse a internarse en el corazón de los lagos glaciares de Pessons y, más allá, en el Parque Natural del Valle de Madriu, Patrimonio Natural de la Humanidad. Porque aunque parezca que más allá del hotel Grau Roig no hay nada, es precisamente esa inquietante ocultación lo que tienta a descubrir estos parajes pirenaicos de pura cepa y hielo. No hay nada, salvo cumbres y mucha nieve en invierno. Es decir, hay esquí y eso es algo más que nada. Y el último pasito antes de este descubrimiento se hace precisamente con Grau Roig de testigo.

 

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