Está dando mucho que hablar. Publicaciones y listados llevan tiempo citándolo como un hotel a tener en cuenta. Que si se elige como el segundo de los 25 mejores pequeños hoteles de España por Tripadvisor, que si se selecciona en 2012 como uno de los seis mejores de España y uno de los 121 mejores nuevos hoteles del mundo por la revista Traveler, que si hay que dormir en él cuanto antes, ahora que está todavía fresco y reluciente tras haberse inaugurado en septiembre del año 2012. Y cuando el río suena, agua lleva. La del Guadalquivir, para ser concretos, que trascurre por los siglos y los siglos a escasas manzanas de este Balcón de Córdoba, el hotel de los sueños califales. Un hotel que, si no se conociera bien la historia de su edificio con raíces en el siglo XVII, pareciera haberse hecho a medida de una ciudad cuya apretada disposición hace que los secretos y los rincones escondidos sean muchos, que las esencias se amontonen en pequeñas dosis, más cuando se enfila el mundialmente famoso Barrio de la Judería, camino por cierto de la mezquita. En su laberinto adoquinado hallamos sin embargo con facilidad la calle conocida por el antiguo convento de clausura cisterciense del siglo XVI. Pero desde hace varias temporadas, por este casco también traquetean las maletas que van a pernoctar en la más absoluta tranquilidad de este retiro discreto y sorprendente en sus adentros. La casa podría pasar por una más de esta calleja angosta pero la seriedad de la entrada, jalonada por dos columnas de piedra y cuatro estrellas sumadas en su placa azul de hotel, invita a pensar en un lugar algo diferente. De momento, encalado inmaculado y balcones de rejería perfectamente presentada en una portada clásica que cuenta varias alturas pero no deja ver desde fuera su torreón. Después se abrirá la puerta que conduzca a tomarse un descanso del guirigay cordobés y a redescubrir el silencio. Como es de esperar, el edificio se abre hacia dentro y salvaguarda su intimidad por la intermediación de capas, sean muros o celosías. Pero siempre habrá oportunidad de asomarse de nuevo a Córdoba, de ahí el nombre, a la que nunca el hotel da la espalda. Al contrario, todo en él es veneración.

 

 

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