El restaurante de Jesús Sánchez en la capital cumple un año ofreciendo cocina cántabra con productos ligados a la estacionalidad y técnicas de elaboración vanguardistas 

Acaba de cumplir su primer año de vida y el restaurante Amós ya ha experimentado una evolución hacia la madurez, redefiniendo y reorientando su propuesta hacia lo que demanda el cliente. Hablamos con Mauro García Lamas, el jefe de cocina del restaurante, y con el chef Jesús Sánchez, horas después de recibir el Premio Nacional de Gastronomía, que se suma este año al Premio Nacional de Hostelería. 

El cocinero cántabro luce en su palmarés tres Estrellas Michelin, tres soles de la Guía Repsol y una Estrella Michelin Verde en su restaurante El Cenador de Amós (Villaverde de Pontones, Cantabria), entre otras decenas de galardones. Así que no era de extrañar que, con una trayectoria impecable, una gran cadena hotelera como Rosewood Hotels & Resorts le ofreciera formar parte de la nueva propuesta que inauguraba, hace un año, en el madrileño hotel Villa Magna. El restaurante Amós es el primer proyecto del chef y de su mujer, Marian Martínez, fuera de Cantabria. Siempre tuvieron en mente “venir a Madrid, pero tenían que darse las circunstancias idóneas para hacerlo. Desde el primer momento hubo una sintonía en el concepto que queríamos desarrollar”. Abrir un restaurante dentro de un hotel suponía un reto para Jesús y Marian, que decidieron embarcarse en esta aventura gracias al apoyo de su joven equipo. Cerca del 80% del personal se mantiene igual desde la apertura, lo que les ha permitido pulir y redondear su propuesta, dotándola de su propio carácter e identidad. Una de esas personas de confianza ha sido Mauro, quien ya trabajaba en el restaurante desde hacía cinco años, y a quien Jesús no dudó en ofrecer la capitanía de este nuevo barco. “Era una buena oportunidad. Formas parte de un proyecto que ya está armado, sumando la trayectoria y nombre de Jesús a una cadena hotelera tan emblemática y en un hotel que es como la “institución de los hoteles”. Hemos tenido mucho apoyo y facilidad para hacer las cosas porque confían en nuestro criterio” resume Mauro, y añade que tener un chef dentro de un hotel da una garantía al cliente del tipo de restaurante y cocina, además de acercarlo al público de la calle. “Formar parte de una cadena hotelera internacional nos ayuda en las dos direcciones: nosotros les hacemos fuertes aquí y ellos nos hacen fuertes a nivel internacional. También es un método de expansión, una forma de dar a conocer tanto nuestra cocina como la gastronomía española. Nosotros ya sabíamos que era muy buena, pero ahora el mundo está empezando a darse cuenta de que de verdad es buena”. 

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