Al servirse o al abrir el recipiente que la contiene, a la tónica se la distingue por un sonido, protagonizado por sus burbujas, que inmediatamente es reconocido por nuestro oído evocándonos un sutil cosquilleo. Esta característica junto a su frescura y su perfecta combinación con la ginebra han hecho que el auge de la tónica siga en pie. Así lo demuestran los datos que aportan desde Nielsen: “si comparamos los datos de febrero de 2015 con los datos de febrero de 2014 la categoría ha crecido en valor un 5,7 %, hasta 75.178 en miles de euros. Y en volumen un 9,4 %, hasta 51.168 en miles de litros. El auge del ‘gin tonic’ está detrás”. Por su parte, desde la Asociación de bebidas Refrescantes (Anfabra), basándose en la buena salud de la que goza este producto entre los consumidores, opina que “respecto a las perspectivas de futuro es probable que continúe la tendencia en alza de estos últimos años, y que se sigan lanzando más novedades y formatos, innovando también en la forma de tomarla tanto sola, como en cóctel y en combinados”.
Desde las empresas que comercializan este producto, en general, comparten esta opinión. Es el caso por ejemplo de International Cooking Concepts (ICC): “según nuestros datos de venta y los que recogemos del mercado, el consumo de tónica en general en España continua creciendo, y si nos centramos en tónica Premium crece más significativamente”. Opinión que también comparten desde Casalbor: “el mercado de las tónicas sigue teniendo un comportamiento positivo, desde hace años, el ‘boom’ del ‘gin tonic’ y por ende, de la tónica sigue en pleno auge”.

EN LA VARIEDAD ESTÁ EL GUSTO, Y LA TÓNICA
Si bien casi todas coinciden en que este producto está en boga, también están de acuerdo en que la demanda del consumidor es cada vez es más variada. Desde La Cava de Pyrene, por ejemplo creen que “hay una tendencia que busca las tónicas perfumadas e intensas, y otra tendencia que busca tónicas ligeras y equilibradas”. Declaraciones que comparten desde Alregi “existen principalmente dos demandas, por un lado, el consumidor más tradicional o que se ha cansado de los diferentes sabores que existen y demanda la tónica clásica, con un toque amargo y un claro perfil de quinina. Por otro lado, el consumidor que demanda ‘mixers’ muy especiales y con ingredientes exóticos”.

 

 

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