Las bebidas espirituosas se rigen por el principio de la calidad. El consumo mayoritario se realiza en el canal de Hostelería, de forma responsable y siguiente el modelo Mediterráneo. El ‘whisky’ sigue siendo el rey, seguido del segmento de los licores y de la categoría de ginebras

La calidad no es renunciable. En el sector de bebidas espirituosas, tampoco.  De hecho, es la carta de presentación de nuestra producción española y su escaparate al mundo.

La industria de espirituosos tiene gran relevancia en nuestra economía, su volumen de negocio se cifra en más de 7.585 millones de euros, lo que supone el 0,17% del PIB. Este valor es fruto del esfuerzo de las empresas que componen el sector, que utilizan más de 200.000 toneladas de materias primas para la elaboración de sus productos, fundamentalmente uva, hierbas aromáticas, maíz, cebada o endrinas, tal y como se refleja en el Informe Socioeconómico relativo al año 2017 elaborado por la Federación Española de Bebidas Espirituosas (FEBE).

El sector de las bebidas espirituosas cuenta con una amplia tradición en España, siendo un país productor y con unas características de consumo responsable, que sigue el modelo Mediterráneo de conducta, ligado principalmente a la hostelería, debido al componente de socialización que lleva inherente.

España es el sexto productor de bebidas espirituosas en la Unión Europea. En 2017 se elaboraron 305 millones de litros de éstas bebidas en los 3.800 centros de producción distribuidos por todo el territorio nacional, siendo España el tercer país europeo con mayor número de Indicaciones Geográficas Protegidas de bebidas espirituosas, con 19, solo por detrás de Francia y Alemania, según el citado informe de la FEBE, conforme datos según datos extraídos de Eurostat. “EU trade since 1988 by SITC“ y el análisis del Comercio Exterior Español 2017 Producto CNAE 1101 Fuente: ICEX.

Respecto al consumo, la Federación Española de Bebidas Espirituosas señala que en 2017 se comercializaron 218 millones de litros de bebidas espirituosas en España, un 2% más que en el año 2016.

¿Cuál es el reparto de esa comercialización por categorías?

La recuperación económica de la economía española, unida a los nuevos hábitos de consumo diurno, han provocado que la demanda de bebidas espirituosas se haya recuperado considerablemente, manteniéndose este incremento constante desde el año 2014.

El consumo mayoritario de las bebidas espirituosas se produce en el canal de Hostelería adjudicándosele más del 60% de las ventas. Y, como asimismo señala el meritado informe de dicha Federación, los turistas que visitan nuestro país, y que el pasado año 2017 se contabilizaron en 82 millones, también son grandes consumidores de estos productos por lo que la hostelería, restauración, alojamientos y, sobre todo, los locales de ocio se ven beneficiados a la hora de comercializar dicho producto.

De hecho, como detalla el informe socioeconómico de la FEBE, en la actualidad la media anual de gasto per cápita fuera del hogar es de 52 euros frente a los casi 9 euros que supone el consumo doméstico.

Este bienestar del consumo interno, también se traslada al comercio exterior. El 40% de la producción de bebidas espirituosas se destinó a la exportación, un comercio que muestra un incremento, el cual se cifra en un 5% más que la media de la Unión Europea. Los principales destinos de las exportaciones españolas son Filipinas, con 72 millones de euros, Alemania, con 48 millones de euros, México, con 42 millones de euros y Francia, con 31 millones de euros, como se menciona en dicho informe de la FEBE, según datos extraídos de Eurostat. “EU trade since 1988 by SITC“ y el análisis del Comercio Exterior Español 2017 Producto CNAE 1101 Fuente: ICEX.

 

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