Entre objetos queridos, llenos de sentimiento y recuerdos, se está mucho mejor. Y si además se tiene el gusto de compartirlos con los otros, la sensación de plenitud es completa. Eso le sucedió al prestigioso interiorista chileno, Jaime Beriestain, cuando inauguró en su Barcelona adoptiva un ‘concept store’ y café-restaurante que lleva su propio nombre. En un amplio espacio de 500 m2, fruto de la añoranza, creó el ‘concept store’ que contempla un rincón de decoración urbana, campestre, de mar y rústica de montaña; además de una librería con ediciones internacionales, papelería y una serie de velas seleccionadas por el interiorista en distintos países; cobrando especial relevancia los muebles ‘vintages’ restaurados, que también adquirió en sus numerosos recorridos. Todo ello junto con una serie de fragancias, alfombras de creación propia y una selección de su colección personal de arte. Sin olvidarse de una zona dedicada a las flores naturales. Todo ello en una amplia superficie, en la que también tiene cabida un café-restaurante para 80 comensales, a través del cual Beriestain da rienda suelta a su amor por el mundo gastronómico. Y, recientemente, ese espacio que evoluciona con los tiempos y la demanda de los clientes, se ha convertido también en un lugar donde disfrutar de buenos cócteles y tapas de autor, con sesiones de música que van desde el ‘chill out’ hasta el ‘soft house’.
El ambiente es de lo más acogedor, como no podía ser de otra manera, para dar respuesta a la pasión de Beriestain de acoger a sus amistades en casa ejerciendo de perfecto anfitrión.
En un recorrido por el local, se respira un aire ecléctico y cosmopolita. Un lugar en el que los objetos deleitan y satisfacen a la clientela con la vista y adquisición de los mismos, y en el que también se activan el olfato y el gusto con la cocina tradicional y de mercado que recorre la oferta gastronómica del café -restaurante que alberga, la cual ha sido diseñada por Jaime Beriestain con el chef del establecimiento. Una cocina que, además de contar con productos de proximidad y materias primas con Denominación de Origen, también recupera platos de su Chile natal y recetas familiares como por ejemplo ‘La Sopa de Cebolla’ de su abuela Sofía o el postre ‘Banofee cake’, compuesto por crema de banana, salsa ‘toffee’ y ‘crumble’ de chocolate; que representan la vuelta a la cocina auténtica.

 

 

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