De remedio curativo a vestir las mejores copas. Un salto cualitativo que ha hecho de ella conocer sólo una forma de caminar: hacia adelante y sin volver la vista atrás. Dentro de un panorama de consumo tumultuoso, chispea sabedora de gustar a un amplio espectro de consumidores. Por supuesto, hablamos de la tónica. Un mercado donde en la variedad está el gusto, se podría decir.Sumérjanse leyendo con el refrescante cosquilleo de sus burbujas en la buena salud de la que goza, al menos en nuestro país. “La tónica lleva varios años registrando cifras positivas, y muy especialmente en el canal Horeca, en el que se produce más de la cuarta parte del total de las ventas. Este crecimiento es muy relevante teniendo en cuenta que se ha venido produciendo en un contexto económico de recesión del consumo en general, y que han sido los establecimientos de hostelería los que más han sufrido esta caída”, afirma la Asociación de Bebidas Refrescantes (Anfabra).
Ingredientes como el agua, el gas y la quinina forman la esencia de esta bebida que la hacen merecedora de su denominación. “Al igual que el resto de bebidas refrescantes, las tónicas están compuestas fundamentalmente por agua, por lo que ayudan a saciar la sed e hidratar.
El gas, anhídrico carbónico que está presente en la atmósfera de manera natural y que producimos los seres humanos al respirar, aporta las características burbujas, e intensifica el sabor y el aroma. Por su parte, la quinina es la responsable de su característico sabor amargo. Este alcaloide natural es conocido desde muy antiguo por sus propiedades terapéuticas”, manifiesta Anfabra.

 

 

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