Patrimonio culinario y ‘mixológico’ frente al mar

El mar Mediterráneo como espectador del amplio escaparate de ‘glamour’ por fuera y por dentro que ofrece Naunet Lounge Bar en el puerto de la localidad barcelonesa de Premià de Mar, en el Maresme.

Naunet son dos espacios diferenciados y conectados entre sí. Primero llegó la zona de coctelería, el ‘lounge bar’, a finales de junio de 2017, que abarcaba dos locales colindantes encarando al muelle. Pero, pronto se hizo con un tercero para ampliar ese espacio. A día de hoy, y concretamente desde el pasado 7 de diciembre de 2019, Naunet cuenta con un restaurante que ocupa una superficie extendida en otros tres locales más. Total, seis distinguidos locales, uno al lado del otro. Todo un negocio que, como señala su gerente, Alberto Santamaría Gámez, “se sustenta sobre tres pilares: el producto, la imagen y el servicio”.

Naunet Lounge Bar se presentó en escena con un claro propósito. “Nació con la intención de crear un lugar en el que ofrecer algo que no había en esta zona, al norte de Barcelona, como cócteles de calidad, proponiendo también cosas para picar como unas anchoas del Cantábrico o unas aceitunas acompañadas de un buen vermú; además de querer ser un bar de copas por la noche.

En su día, cuando proyecté la carta de coctelería venía de trabajar en Barcelona, ciudad en la que hay mucha cultura del cóctel, gracias al turismo y a coctelerías como el Boadas o el Dry Martini, por ejemplo. Pero, en Premià de Mar no era así, y pensé que proponer una carta muy extensa de cócteles no serviría de mucho. Entonces, decidí poner una parte de “cócteles de autor”, que yo creé, y otra parte llamada “clásicos versionados”, dando una vuelta de tuerca a cócteles clásicos como el ‘Espresso Martini’, el ‘Margarita’ o la ‘Piña Colada’. No obstante, a pesar de la carta, realizamos todos los clásicos. Quise que la clientela se introdujera en la coctelería, tenemos cócteles fáciles de tomar y otros más atrevidos como el ‘Margarita’ que lleva, pimienta, tabasco o mermelada de pimiento rojo asado. Pensé que los versionados iban a ser menos demandados y no es así. Nos hemos encontrado con clientes que ya conocen la coctelería y con otros que no la conocen mucho y por ejemplo nos piden un San Francisco al ser la única referencia sin alcohol que saben. Nosotros hablamos con los clientes y les preguntamos que les gusta, para poder prepararles un cóctel distinto con nuestra fruta fresca; se los hacemos a medida y quedan seducidos. Para que el cliente quede completamente satisfecho, la interacción con él es fundamental, de este modo puede decir: “he venido aquí y me han hecho un traje a medida”. Tenemos esa amplitud de miras, en otros sitios uno debe ceñirse a lo que figura en la carta”, detalla el gerente del establecimiento.

 

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