En el número 12 de la madrileña calle de la Bolsa se halla esta coctelería capitaneada por el ‘bartender’ Daniel Álvarez y su equipo, quienes conjugan el arte con el mundo líquido en las creaciones que ofrecen basadas en el ‘Pop Art’ y a ritmo de museo

La ‘mixología’ está que hierve. El mágico mundo del ‘shaker’ encuentra su punto álgido en nuestro país, y la capital le rinde los honores que tanto merece. 

Si nos situamos en el centro de Madrid y nos dirigimos al número 12 de la calle de la Bolsa, encontraremos un mítico edificio repleto de historia por los cuatro costados. Mazmorra de la inquisición, ermita de Templarios y Masones y, entre otros avatares del destino, sede de la primera Bolsa en la ciudad. 

Entre los diversos espacios del inmueble que, actualmente ofrecen una hostelería de postín, nos encontramos con un ‘cocktail bar’ muy ‘chic’ que derrocha arte por doquier. Su nombre es Maldita Gioconda y el autor de convertir en líquido el propio arte se llama Daniel Álvarez, que junto con su equipo dan vida a cócteles genuinamente artísticos. 

El sótano de este edifico es el destinado a albergar esta coctelería “clandestina” que encuentra su inspiración en un museo que conjuga el placer de beber, la ironía y el mismísimo arte, donde grandes iconos artísticos y culturales se transforman en bebidas. 

Si ya de por sí infunde magia el propio espacio que ocupa la coctelería, una bóveda del siglo XVI, de cuyas paredes cuelgan cuadros entre los que se pueden ver imágenes de la Gioconda, como no podía ser de otra manera, su carta, basada en el ‘Pop Art’ aplicado a la forma de beber, transportará a la clientela al éxtasis. 

Maldita Gioconda invita a sumergirse en el mundo del arte a través de las sensaciones gustativas, visuales, auditivas y táctiles que se generan con cada cóctel. Eso sí, tan solo un requisito plantean a la clientela: olvidarse de los prejuicios porque “en la carta, nada es lo que parece”.  

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