El 60  de los lanzamientos de dulces navideños experimentan una innovación radical, incorporando rediseño o presentados con nuevos sabores y formatos que sorprendan al consumidor

Los dulces navideños son de los productos más estacionales de la alimentación. Viven su particular época dorada en las fechas clave, aunque empiezan a estar disponibles a la venta mucho antes, lo que facilita el acceso al consumidor, que los relaciona con momentos de celebración y disfrute. Con ello, los fabricantes tienen por delante el reto de desestacionalizar los productos, creando nuevos formatos y sabores que puedan adaptarse a otras épocas del año en la que se pueda fomentar su consumo. En esta apuesta por ampliar la comercialización de dulces navideños ayuda la apertura de tiendas especializadas que ofrecen el producto todo el año o la implantación en tiendas ‘duty free’ de los aeropuertos; espacios dirigidos más al turista que al consumidor local, aunque en nuestro país cobra una gran importancia. Las empresas del sector creen que aún queda mucho camino por recorren en este sentido, pues en la mente del consumidor, estos productos están muy vinculados a esta época del año, a pesar de que el abanico de posibilidades es amplio y son una muestra de nuestras tradiciones y nuestra gastronomía. Pero, ¿cuáles son exactamente esos dulces considerados “de Navidad”? Rubén Moreno, secretario general del Produlce, puntualiza que son los turrones y mazapanes, aunque existen otras especialidades que también forman parte de nuestras mesas en estas fechas, como los bombones o frutas confitadas.  

La realidad de la producción y consumo de turrones y mazapanes es que “lleva tres campañas haciendo frente a una enorme incertidumbre”, explica Rubén Moreno: “Si en 2020 hubo que proyectar con muchos meses de antelación cómo serían las Navidades de aquel fatídico año, en 2021 hubo que arriesgar y decantarse por una cierta vuelta a la normalidad; una apuesta que resultó bastante acertada y se vio compensada por notables crecimientos, tanto en valor como en volumen. En 2022, la invasión de Ucrania y las adversas condiciones meteorológicas para la producción de almendras han puesto de nuevo a la categoría frente a un escenario altamente incierto”. Ante esta situación, los incrementos de facturación de un 4 % resultan una buena noticia, relata Moreno, aunque vienen acompañados de caídas de los volúmenes del 8,4 %. Además, estos buenos resultados vienen determinados por un nuevo año excepcional en las exportaciones del sector, a pesar de los diferenciales de valor y volumen observados, mientras que el consumo interno, que todavía ronda el 80 % del total, se mantiene prácticamente estable en términos de facturación (+ 0,9 %) y cae un 9,7 % en términos de volumen. De esta manera, aclara el secretario general de Produlce, la contribución de la categoría al total de ventas del sector cae 0,4 puntos porcentuales hasta el 4,8 % del valor; y un 1,9 % del volumen (- 0,2 puntos porcentuales). “Si hacemos un balance a tres ejercicios, donde hemos vivido todo tipo de vicisitudes, podemos observar que la facturación global ha crecido un
12 % mientras los volúmenes se han mantenido estables (+ 0,5 %). Por su parte, el mercado interior ha crecido un 5,3 % en valor y caído un 3,3 % en volumen en este mismo período”.

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