L’Esculapi, restaurante, ‘pizzeria’ y tapas, ofrece una cocina mediterránea caracterizada por la buena relación entre la calidad de las materias primas y el precio, así como por la frescura y artesanía de sus productos, que llevan el cartel de Km.0

La Costa Brava lleva la belleza adherida a la piel. Sus singulares pueblos, el azul de su Mar Mediterráneo, su gente, su gastronomía son atractivos que guían los pasos de los visitantes.   

En esta ocasión, el destino de nuestro viaje halla su parada en el bonito pueblo medieval de Sant Martí d’Empúries y, en concreto, en L’Esculapi. Un restaurante, ‘pizzeria’ y tapas que desde hace casi  40 años encuentra un enclave formidable en la Plaza Mayor de dicha localidad gerundense, y que capitanea Josep Maria Malé que, a su vez, ejerce de anfitrión en la sala con la clientela.

El edificio que alberga al establecimiento era una antigua Masía catalana que daba cobijo a generaciones de campesinos, pero un buen día, en 1980, Josep Maria montó con su hermano, en una parte de la misma, un pequeño bar de temporada de verano. Pero aquello fue creciendo hasta llegar al restaurante que es hoy en día, como comenta su artífice durante nuestra agradable conversación, el cual camina actualmente en solitario aunque cuenta con la ayuda de sus hijos de vez en cuando.

Aquel bar, sin demasiadas pretensiones y que sólo abría sus puertas en temporada estival, seguro que no podía imaginar por aquel entonces, en lo que se convertiría.

Su oferta inicial fue la de un bar, que proponía bocadillos preparados con productos de la zona como embutidos o tomate por ejemplo, y que también ejercía las funciones de heladería. Pero, con la llegada del año 1992 y de la Antorcha Olímpica al antiguo puerto de Empúries, se produjo un incremento de público en la zona -como apunta Josep Maria- y el local se transformó en ‘pizzeria’ – restaurante, con una oferta basada en pasta y ‘pizzas’, que contemplaba una veintena de éstas.

Pero, como en la vida todo sigue su curso y la evolución forma parte de ella, llegados los albores del 2000, allá por el año 2005, el local dio un paso más. Fue sometido a una gran reforma en la que se amplío mucho la cocina para atender a las demandas de sus clientes, que les pedían una oferta más extensa con paellas, platos de carne, de pescado fresco, arroces, etc. Y, como en el ánimo de su propietario, siempre ha estado el atender las necesidades y exigencias de su público, L’Esculapi amplió su carta, siempre con corte mediterráneo, como no podía ser de otra manera, encontrándose además el restaurante a unos 20 metros del mar, como señala Josep Maria.

Sus ‘pizzas’ también evolucionaron y actualmente presentan una mayor elaboración e incluyen productos frescos hechos en casa y de km 0, como detalla el propietario. Y es que la cercanía de las materias primas y la artesanía son dos gran valores de la cocina de L’Esculapi, también en materia de postres.

Propuestas gastronómicas en las que a su vez tienen cabida las tapas, ya que como detalla Josep Maria, “éstas son muy apreciadas, principalmente por el cliente extranjero, siendo las clásicas las más demandadas como calamares a la romana, mejillones…, aunque también contamos con unas ocho o diez tapas de autor como por ejemplo un hígado de pato a la plancha con manzana caramelizada o cola de buey”.   

 

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