Con una dilatada experiencia de 70 años, la producción artesanal de esta actividad familiar encandila a los paladares de la Comunidad de Madrid con su amplia oferta, que abarca diferentes líneas de negocio. La Emilita cuenta con un espacio ‘gourmet’ en San Sebastián de los Reyes, donde degustar sus elaboraciones

Un homenaje a la memoria gustativa del paladar. Eso es La Emilita. Un negocio familiar impregnado de artesanía con 70 años de historia que ha sabido evolucionar e integrarse en el siglo XXI, brindando a la clientela presentaciones de hoy con los sabores de ayer, que tanto enamoran al paladar y reconfortan el espíritu.  

Una tradición a la enseña de la innovación, que actualmente se halla en manos de la tercera generación mientras la cuarta ya inicia a calentar motores. 

“La Emilita fue fundada por mis abuelos y se ha ido desarrollando a lo largo de estos años en diferentes sectores artesanos. Primero fue el sector de la churrería, patatas fritas… Después, el de la bollería, panadería, pastelería, ‘catering’, y en los últimos 25 años lo que hemos hecho ha sido especializarnos en todos esos sectores y recuperar recetas de antaño, como por ejemplo esos panes artesanales elaborados a mano con recetas muy seleccionadas; o en el tema de la pastelería hemos creado recetas antiguas desde un milhojas a una tarta de manzana, etc. En fin, cosas muy nobles de más de 100 años de historia, pero con recetas más novedosas, que ahora son productos muy poco vistos y se elaboran artesanalmente uno a uno. Cada pieza es como si fuera una joya”, detalla Fernando Pin, miembro de la tercera generación con quien hemos tenido el placer de conversar.

Auténticas ‘delicatessen’ que recorren la geografía de la Comunidad de Madrid a través de múltiples puntos de venta, además de la propia tienda física que poseen en las proximidades de la zona norte de la capital. “La Emilita es un espacio ‘gourmet’ que hemos creado en San Sebastián de los Reyes (C/ José Hierro, 19), pero es un punto de referencia en toda la Comunidad de Madrid. Se trata de un local muy original, acogedor y con una bonita terraza de grandes dimensiones, que es estable todo el año. En el establecimiento se puede degustar todo lo que elaboramos, con una zona de restauración en la que tomar cosas que preparamos de picoteo, comidas, buenos vinos, ya que somos bastante aficionados al vino, etc. Además, también contamos con el café illy -como no podía ser de otra manera, al ser el producto más selecto y ‘gourmet-, así como con los tés e infusiones Dammann Frères, de illycaffè, que también son muy demandados. Incluso también tenemos una carta de cócteles. Queremos que los clientes se lleven una experiencia Emilita 100%”, comenta Pin.  

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