Ha nacido el Club del Fornello di Rivalta-Piacenza, Delegación de Madrid, cuya celebración tuvo lugar en la Embajada de Italia, con el Excmo. Embajador Stefano Sannino, Gisella Pampari, presidenta del Club italiano, y su homóloga en España, Nicoletta Negrini

Un puente entre Italia y España. Ambos países se entrelazan por el amor a la cultura gastronómica, la tradición y el sentimiento de compartir. Precisamente estos tres valores fueron el ‘leitmotiv’ de la venida al mundo del Club del Fornello di Rivalta-Piacenza.   

En esta localidad de la Emilia Romagna, hace 41 años, surgió un club de corazón altruista que quería poner en valor lo que se cocinaba en los fogones ‘delle nonne’. “A todas aquellas mujeres que pasan cada día en la cocina, para que puedan tomar conciencia del valor humano de su trabajo cotidiano y que puedan sentirse parte de lo que es la vida de Le Fornelle”, decía Magda Lucchini, fundadora de esta asociación solidaria y sin ánimo de lucro; sentimiento que hoy comparte su actual presidenta Gisella Pampari y todos sus miembros.   

Tesoros culinarios que pasan de generación en generación. De este modo, surgió el 28 de noviembre de 1977, en Piacenza, a orillas del río Po, el Club del Fornello di Rivalta-Piacenza, de la mano de un grupo de mujeres, amantes de la cocina que decidieron reunirse y compartir sus propias recetas, platos caseros, esencia de la gastronomía italiana, y elaborados por ellas mismas. Ese grupo fue creciendo, se ha extendido por todo el país transalpino y, hoy en día, ese club cuenta con más de 700 socias y 42 delegaciones. Un auténtico transmisor de ese legado gastronómico, que incluso ha traspasado fronteras. De hecho, el pasado mes de noviembre se ha creado la Delegación de Madrid, del Club del Fornello di Rivalta-Piacenza, en ocasión de la III Edición de la Semana de la Cocina Italiana en el Mundo.

La inauguración de esta nueva sede española tuvo lugar en la Embajada de Italia ante la presencia del Excmo. Embajador Stefano Sannino, la coordinación y presentación de Nicoletta Negrini, CEO de Negrini y presidenta de la Delegación Española, la presidenta italiana de dicha asociación, Gisella Pampari, además de un grupo de miembros del club italiano que, para dar la bienvenida a esta nueva sede madrileña, cocinaron conjuntamente con las 15 ‘fornelle’ españolas, un menú compuesto por platos tradicionales italianos y sus equivalentes españoles para ser degustados por 60 comensales.

“Nuestra gastronomía y la italiana no difieren tanto. El gusto por la buena cocina y el valor por las recetas tradicionales han sido siempre una seña de identidad de ambos países”, comentó Nicoletta Negrini durante la presentación.

Multitud de similitudes que se pudieron comprobar con la degustación del menú ofrecido compuesto por variados entrantes como embutidos ibéricos de bellota de la Finca Palazuelos y ‘salumi italiani’ Negrini; ensaladilla rusa y su versión italiana ‘insalata russa’, gazpacho o la versión italiana ‘panzanella’; albóndigas y ‘polpette’, la tortilla o la ‘frittata’. Para dar paso a un plato muy nuestro como es el cocido y a su homólogo italiano el ‘bollito misto’, que tiene por ‘sopa’ los tortellini in brodo’. El broche final, se puso con unos deliciosos postres españoles y sus correspondientes en versión italiana como las natillas y la crema bicolore, el arroz con leche y la ‘torta di riso’, el tocino de cielo y la ‘fior di zucca’, la tarta de queso y el ‘tiramisú’.

Está previsto que todas las recetas que se ofrecieron se suban al ‘blog’ https://ilfornellomadrid.wordpress.com/ gestionado por las “Fornelle” madrileñas.

Igualmente, la buena sinergia entre los vinos españoles e italianos quedó latente con la armonía elegida para el menú. Con los entrantes se pudo degustar un espumoso Ferrari Perlé Trento DOC, de la bodega Ferrari; un Kerner DOC Valle Isarco de Abbazia di Navacella; y un blanco Verdejo Finca Montico 2017 D.O. Rueda de Vinos Herederos del Marqués de Riscal. Con el cocido, se ofreció un Lambrusco Grasparossa di Castelvetro, un tinto espumoso dulce; un Lambrusco DOP Reggiano Scaghietti, de Giacobazzi, un espumoso seco; y un Reserva 2014, D.O.Ca. de Vinos Herederos del Marqués de Riscal. Y con los postres, un Moscato D’Asti DOCG, Vigna sensa Nome, de Braida

 

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