Una ironía del destino llevó a Frank Lola a cambiar el movimiento de sus manos de fisioterapeuta para entrar en contacto con ‘shakers’. Aunque el resultado de ambas fricciones, no es otro que el de hacer felices a los demás. Un ‘leitmotiv’ que nunca ha perdido de vista este profesional de la coctelería, sumergido en ella desde hace más de una década. “Como la gran mayoría de profesionales en este sector, mi andadura en el mundo de la ‘mixología’ comienza “de rebote” en 2003, en un pequeño bar del centro de Londres como ‘runner’, donde pude mejorar mi nivel de inglés, dando así un giro inesperado a mi carrera como fisioterapeuta. Rápidamente se convirtió en algo vocacional y, en 2006, después de trabajar en algunos de los mejores bares de la capital inglesa como Atlantic Bar, Astor, Titanic o Create Cocktails (una de las mejores ‘cocktail agency’ del momento), tuve la oportunidad de trabajar para Kate Moss y otros personajes conocidos al igual que colaboré con Desmond Payne y Dan Warner (‘Beefeater gin master distiller’ & ‘global ambassador’) en la destilería Beefeater como colaborador de habla hispana, convirtiéndome en 2007 en el ‘brand ambassador’ de Beefeater 24 en España y ganador de los prestigiosos ‘Brand Ambassadors Awards’ 2012 en las categorías de ‘Gin’ y de ‘Ambassador Master’. Actualmente soy ‘bar manager’ de Tatel (proyecto de Pau Gasol, Rafael Nadal, Manuel Campos y Abel Matutes, entre otros), además de continuar como embajador de Beefeater”, manifiesta Frank Lola.
De forma residual, cuenta con su empresa de eventos Mix & Drinks. “Formo a las personas que luego envío a distintos eventos”, señala.
Un ‘bartender’ que derrocha pasión y felicidad por lo que hace. “Lo que me apasiona es ver cómo la gente puede llegar a transformarse desde que entra en un local hasta que sale. Las personas que van a un bar tienen el mismo objetivo: pasarlo bien. Si tienen un mal día, acuden al bar para cambiar ese ‘chip’, y si tienen un buen día quieren continuarlo. Esto te lleva a un mismo punto que es el de hacer feliz a la gente o el de procurar que estén bien sirviéndole un trago, combinado o cóctel; y el observar la cara del cliente al probarlo y percibir que era lo que necesitaba en ese momento, es un instante mágico que todo ‘bartender’ desea tener. Esto me llamó mucho la atención desde el principio y creo que fue la clave para empezar”, manifiesta este profesional.

 

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