Contaba con una fuerte vocación, un ferviente amor por ella, una buena formación, un gran interés por aprender y una elevada ambición por lograr sus expectativas, por superarse cada día, con entrega máxima, y con un especial entusiasmo e ilusión por crecer sin límites en su profesión. Ingredientes, todos ellos, para una buena coctelera, la que maneja Luca Izzo, un barman de gran talla, que desde la infancia soñó con serlo.Una trayectoria de pasión, la que me transmite Luca, que sólo puede ser contada por él mismo. En su relato, sus palabras denotan un brillo particular, aquel que se escribe desde el trabajo constante y el sacrificio, aderezados con la emoción de la consecución de los objetivos, empapándose, a su paso, de las enseñanzas de grandes figuras profesionales, teniendo los ojos bien abiertos y tomando ‘sorbo a sorbo’ la vida. Aquella que, sin duda, encontró en su caminar por el mundo.
Les dejamos con Luca Izzo y su narración acerca de su andadura por la senda de la ‘mixología’, deseándoles que en su ánimo les inunde la misma emoción con la que este barman, originario de la ciudad italiana de Lecco, cerca del Lago de Como, cuenta la misma.
“Decidí estudiar Hostelería en la escuela de San Pellegrino Terme (pueblo muy famoso donde se elabora el agua San Pellegrino) siguiendo la gran pasión que tenía dentro de mí desde mi infancia. Desde pequeño, cuando iba a los bares con mis padres y veía a los bármanes vestidos con llamativos uniformes y escuchaba el ruido del hielo dentro de una coctelera, me quedaba encantado. Siempre decía a mis padres que mi sueño era ser barman, trabajar en las naves de los cruceros y visitar el mundo. No he podido trabajar en una nave de crucero, aunque he estado cerca bastantes veces, pero sí soy barman, y sí que he visitado bastantes países. Por lo tanto, estoy muy contento con mi vida.

 

 

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