Para este 2023, las previsiones son razonablemente buenas. Todo el sector y muy especialmente la Interprofesional del Vino de España (OIVE) vienen trabajando desde hace años para la recuperación de un consumo moderado e inteligente del vino en nuestro país. Los vinos de proximidad y las recomendaciones de hosteleros, camareros y sumilleres dan un nuevo impulso al atractivo del vino en hostelería

El vino español es uno de los grandes valores que tiene nuestra sociedad y un producto seductor para nacionales y foráneos. Su consumo venía recuperando sus posiciones tras la pandemia, pero su evolución se ha visto frenada por la inflación, la incertidumbre que origina la invasión a Ucrania, y los elevados costes de la energía. “En 2022, la caída final fue del 8,2% hasta los 9,6 millones de hectolitros”, señala Rafael del Rey, Director General del Observatorio Español del Mercado del Vino (OeMv), a quien Bar Business ha tenido el placer de entrevistar.

“Por información que tenemos de meses anteriores, lo que veíamos es que el mayor freno se estaba produciendo en el consumo en el hogar por el canal de distribución, que es donde la inflación afecta más rápidamente, mientras que la hostelería todavía crecía pero más moderadamente de lo esperado tras la pandemia”, menciona.

No obstante, y a pesar de esos factores que han detenido la marcha alcista del consumo del vino, “las impresiones y las previsiones son razonablemente buenas. Aunque las previsiones internacionales apuntan a que la inflación se mantendrá fuerte este año 2023, España es de los países donde menos está creciendo y posiblemente el impacto más fuerte sobre los precios ha tenido ya lugar en la subida de tarifas del 2022 al 2023. Costes energéticos, subida y a veces escasez de materias primas como el vidrio, las consecuentes subidas salariales y las financieras derivadas de una política monetaria más restrictiva, han hecho necesario ese incremento de los precios finales. Y eso tiene sus consecuencias en la cantidad de botellas de vino que se consumen. Ha sido inevitable subir las tarifas. La cuestión ahora, en 2023, es si esta subida va a ser suficiente para compensar la subida de costes y si se va poder ir absorbiendo por parte de los consumidores después de sus impactos iniciales, que es en lo que confiamos. Si además se aclarara algo el panorama mundial, con una resolución de la guerra de Rusia durante este año, y la inflación fuera controlada al menos parcialmente por los bancos centrales, el panorama se despejaría más”, apunta el director general de la OeMv).

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