Una doble historia de pasión. Personal y profesional o profesional y personal. Porque si tenemos en cuenta el orden de la sucesión de los acontecimientos, el amor de Borja Anabitarte por la cocina le llevó a encontrarse con Lara Alonso del Cid, su esposa y otra mitad también en El Mentidero de la Villa. Un proyecto que este año 2016 ha alcanzado su mayoría de edad, con gran éxito en la capital española. Un templo del buen comer, del buen charlar, de no dejarse ver si uno no quiere y tan actual como la vida misma. Tanto es así que acoge en su interior la novedosa propuesta ‘Gin Burguer’ dentro de su espacio Mentidero & Gin, combinando hamburguesas ‘gourmet’ con las mejores ginebras, y no solo. Empecemos por orden.
Con sólo 14 años, en plena adolescencia, Borja ya sabía lo que iba a ser de mayor: cocinero. A los 18 años empezó su formación en Arzak. Habiendo alcanzado una seguridad al 100% de que su vida profesional debía seguir esos derroteros, se marchó a Suiza a la École Hòtelière Genève, para después de un año y medio continuar en la Ecole Ritz Escoffier de París, y posteriormente en Londres, en el restaurante Scott’s.
Cuatro años más tarde, con 22, Borja regresó a Madrid y un buen día, impartiendo unas clases de cocina se encontró con una alumna llamada Lara Alonso, que ya conocía desde la adolescencia y que provenía del mundo comercial y ‘marketing’. En ese momento, comenzaba a fraguarse una duradera unión entre ambos que daría lugar a muchos frutos. El primero fue El Mentidero de la Villa en un local en la calle Santo Tomé, de Madrid. Algunos años después se creó el ‘catering’ de El Mentidero, siendo su punto de partida la boda de estas dos almas gemelas. Además, hace 7 años, la buena estrella del restaurante derivó en una finca de celebraciones de todo tipo de eventos en Alapardo (Madrid).

 

 

Leer el artículo completo en la revista