Chase Distillery llegó al mercado de los destilados con la idea de que la tradición era una buena forma de hacer un buen licor y que los productos tienen que estar controlados desde que se planta la primera semilla hasta que se coloca la etiqueta en la botella. Y así han nacido vodkas que se han colado en la lista de los mejores del mundo y ginebras que empiezan a ser ya elegidas por los más sibaritas como uno de los productos Premium de los últimos años.De hecho, Williams Chase se enorgullece de poseer la única destilería artesanal, familiar e independiente del Reino Unido y la más premiada. Es la única en los últimos 200 años que ha optado por un control total del proceso de elaboración y que hace sus destilados con las materias primas que se cultivan en su granja, sobre todo, patatas para el vodka y manzanas de sidra para las ginebras.
Las instalaciones, ubicadas en una granja de Heredfordshire, en Reino Unido, empezaron a producir alcohol en 2004. William Chase, un agricultor con más de 20 años de experiencia en la producción agraria, creó un equipo familiar, en un entorno artesanal y rural, inspirado en una pequeña destilería de vodka de patata de EEUU. Estaba de visita en el continente americano, buscando un nuevo embalaje para su negocio de patatas fritas, cuando la forma de trabajar en ese pequeño laboratorio lo embelesó. Imaginó en el momento la calidad del destilado que podía salir de sus propias patatas, así que vendió su marca de chips, Tyrrel’s, e invirtió todo su dinero en crear bebidas con la base de una calidad extrema en materias prima y respetando siempre los procesos artesanales. El resultado son destilados especiales, con mucho carácter y llenos de alma y esencia.
William mandó construir una destilería en su propia granja de 400 hectáreas y empezó a probar combinaciones para dar con la ecuación perfecta del vodka.

 

 

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