Holy Mary es una coctelería de autor capitaneada por Pedro Jaén, su jefe de barra, que ofrece cócteles de inspiración propia elaborados de forma artesanal y con productos naturales, los cuales se pueden tomar con propuestas gastronómicas de calidad. Todo ello en un ambiente que destila espiritualidad

La combinación es la esencia de este local. Un perfecto engranaje entre diferentes conceptos. El arte líquido con el sólido, lo terrenal con lo espiritual, y éste estado inmaterial envuelve además la atmósfera que se vive, se respira y que se saborea en Holy Mary. Una coctelería de autor, cuyo nombre rememora el clásico cóctel ‘Bloody Mary’, acorde con el lema de su logo: “With good Spirits”, que abrió las puertas a todos los feligreses a finales del pasado año 2018, con la firma de su ideóloga y propietaria Marina Mondragón.
La aparición de este establecimiento en la escena madrileña se ha llevado a cabo en el centro de la capital, en el número 11 de la calle Nuñez de Arce, en los aledaños de la Plaza de Santa Ana. Una advenimiento que tiene a la pureza como hilo conductor en sus creaciones. “Coctelería natural”, así define el jefe de barra Pedro Jaén, el resultado del arte que da vida con sus manos, su mente y su espíritu, como no podía ser de otra manera. Y es que su alma la entrega cada día en los tragos que prepara y que dejan sin aliento a quienes los prueban. “Que el espectáculo esté dentro del vaso, de la copa, es lo que queremos conseguir”, manifiesta Jaén. Una frase que describe la experiencia que la clientela se dispone a vivir cuando acude a Holy Mary. Una vivencia que alcanza el éxtasis en la copa y en el plato, porque los cócteles se pueden acompañar con ‘delicatessen’ para compartir. Propuestas, todas ellas, que se pueden encontrar en el llamado “Holy Book”, la carta del local.
Los cócteles de autor de inspiración propia se nutren exclusivamente de ingredientes naturales, a base de espirituosos Premium y elaboraciones artesanales. “Hacemos destilaciones con ginebra, vodka o ron, y trabajamos con fruta natural, que es el mejor sabor que se puede dar en un cóctel, y empleo mucho los productos hechos en casa, también hago ‘bitters’ y ‘ginger beers’, y realizo infusiones lentas para que los productos cojan bien el sabor, esto es nuestra seña de identidad: productos naturales y elaboraciones artesanales, así es mi coctelería”, detalla Pedro Jaén.
Los nombres de los cócteles, que hacen guiños a la decoración del local, están reagrupados en el epígrafe “Los 14 Mandamientos” del “Holy Book”, pero en un breve plazo de tiempo recogerán nuevas creaciones, y es que la mente imparable de Pedro no puede estar quieta. “En una o dos semanas incorporaremos nuevos cócteles como por ejemplo el denominado ‘Dulce lujuria’ (ron blanco, zumo de limón, puré de fresa, azúcar y sirope de chocolate blanco), el ‘Lluvia Morada’ (ginebras, sake japonés, zumo de limón, sirope especial de una flor, crema casera de violetas); o el ‘Pedrogroni’ mi propia versión del ‘Negroni’ (‘gin’, vermú rojo, Aperol, ‘bitter’ casero de naranja).
Tocaremos tequila, vodka negro, ginebra, ‘whisky’, mezcal, bebidas infusionadas con naranja, entre otros productos. Además también haremos espumas para ponerlas encima de los cócteles, que me parece algo muy llamativo”, menciona.

 

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