Una grata sorpresa ha sido conocer la alta cocina italiana que se ofrece en Romano Ristorante, la cual está elaborada magistralmente por Hipólito Vázquez Hidalgo, el jefe de cocina. Un extremeño, de Castuera, que tuvo una gran escuela en Can Fabes, de la mano de Santi Santamaría, y en el madrileño Sant Celoni, junto a Óscar Velasco. “Todo lo que he aprendido fue gracias a Santamaría cuando tuve ocasión de realizar el ‘stage’ con él. Allí, conecté con compañeros de otras nacionalidades y especialmente con italianos, pudiendo comprobar lo que significaba la alta cocina italiana. Me cautivó esa gastronomía y me introduje en ella”, comenta Hipólito durante nuestra agradable charla. Romano Ristorante nace del amor por la gastronomía italiana uniendo la tradición con las técnicas más vanguardistas en cuanto a elaboración se refiere. Al frente del proyecto se hallan los hermanos Tino y Manuel Marrón, con más de tres décadas en el mundo de la hostelería, son propietarios de diversos establecimientos entre los que se encuentran el Restaurante Piñera, El Cielo de Urrechu y Urrechu.
En esta ocasión, los hermanos Marrón trasladan su concepto de alta cocina a Italia, creando un espacio singular, cómodo y elegante, pretendiendo transportar al comensal al país transalpino, a través de la experiencia culinaria, apelando a la sugerencia sensorial por caminos llenos de olores, texturas y sabores. Algo en lo que se desenvuelve a las mil maravillas Hipólito Vázquez, debido a su buena escuela. “En Can Fabes aprendí a conocer el buen producto, a saberlo tratar, a descubrir la elegancia del mismo, siempre apostando por una materia prima de alta calidad y de temporada”, afirma el chef.
Esa pasión por la alta cocina italiana, llevó a Hipólito a conocer al gran cocinero italiano Vincenzo Marconi durante su periplo en el prestigioso restaurante milanés La Fornace. “De Vincenzo, que ha trabajado con Gualterio Marchesi y otros grandes cocineros italianos, aprendí lo más exquisito, entre otras cosas a cómo hacer la pasta, por ejemplo. Además, tuve la oportunidad de trabajar con él en un restaurante que se creó en Madrid hace algunos años, Caoba, donde fui segundo de cocina”, explica Hipólito.

 

 

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