Bien cierto es aquello de que “todo cambia, todo fluye. Nada permanece estático”, pensa­miento atribuible al filósofo griego Heráclito de Éfeso. Y, hoy si cabe, impera con mayor fuerza ese principio. Al menos, en materia de consumos extra domésticos, no cabe la menor duda. Actualmente, el perfil del consumidor de un establecimiento de hostelería difiere en gran medida del de hace no tantos años. Los tiempos convulsos que se viven, el vertiginoso ritmo del día a día, la racionalidad en los consumos y el deseo de buscar nuevas experiencias gratificantes que amortigüen esos ava-tares, hacen que el consumidor del siglo XXI tenga voz y voto. Aunque esto parezca obvio, cayó en el olvido en un pasado cercano.
No todo son números con signo menos en nuestro panorama, también hay símbolos positivos en las cuentas del haber. Como sucede en el balance del empresario Javier Yanguas, que suma ya cuatro negocios hosteleros en la localidad madrileña de Pozuelo de Alarcón, y además contiguos, en la neurálgica Avenida de Europa. Qué, ¿cómo es posible? La fórmula es sencilla: mucho trabajo, dedicación, así como saber ver y oír las nuevas tendencias del mercado; pero el quid está en conjugar todos los factores para dar con la correcta aplicación. Claro está que Javier sabe dar en el centro de la diana.
Recientemente, ha venido al mundo el benjamín de la saga, Lúpulo Resto Bar, con la intención de pisar fuerte y las ideas claras. Su propio nombre revela que se trata de una cervecería, así a grandes rasgos, y el resto se lo explicamos en las líneas a continuación.
A la enseña de la calidad y la dife­renciación, como acostumbra Yanguas en sus diversas actividades, y con una mirada receptiva a lo que sucede a su alrededor, este nuevo local viene a dar respuesta a una serie de exigencias y demandas conforme nos detalla su propietario. “El consumo de cervezas es una tendencia en alza, y además hoy en día está demostrado que la gente prefiere un servicio de comida más rápido, debido al poco tiempo que se tiene para comer. El local está rodeado de oficinas y de jóvenes ejecutivos que no tienen mucho tiempo que dedicar al momento de la comida. Y a su vez, actualmente, debido a ese ritmo, se demanda también comer bien y de forma saludable.

 

 

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