Visión cosmopolita y de futuro tuvieron los fundadores de la madrileña cafetería Galatea con su oferta gastronómica basada en perritos calientes y hamburguesas en la década de los difíciles años 30 en España, plasmada en una carta que contemplaba, además del castellano, otras lenguas como el inglés, francés o alemán. Una apuesta arriesgada en aquel entonces que dio sus frutos más dulces, llevando al negocio a endosar un traje de la más absoluta actualidad en el siglo XXI.
Desde hace un año, la trayectoria del establecimiento la escribe un descendiente de aquellos visionarios, David García, un ingeniero informático involucrado en cuerpo y alma en la actividad que erigieron en la calle Príncipe de Vergara sus familiares hace más de ochenta años, reconduciéndola por la senda del éxito. Cuando tomó el negocio en sus manos, tuvo claro que lo primero que haría sería llevar a cabo una importante reforma en el local y, acto seguido, enarbolar la bandera de la calidad. “El negocio fue regentado por mi familia hasta su fallecimiento hace aproximadamente 20 años, tomando las riendas del mismo el encargado del local en aquel entonces, porque yo era demasiado joven para hacerme cargo. Pero una vez en mis manos, opté por competir en calidad, motivo por el cual me puse en contacto con illycaffè para que fuera nuestro proveedor exclusivo de café. La calidad del café illy es infinitamente superior a cualquier otra opción existente en el mercado. Al igual que aposté por una bollería de calidad, siendo mi proveedor Mallorca”, comenta David García, único propietario de la cafetería Galatea, durante nuestra conversación.
Y, como cabía esperar, las hamburguesas y perritos calientes siguen desfilando por este local del distinguido barrio de Salamanca. “Galatea fue la primera cafetería en ofrecer los perritos en Madrid, siendo también las hamburguesas algo novedoso en aquella época. Los perritos son míticos en el local, incluso algunos abuelos traen a sus nietos para que los prueben. La materia prima sigue siendo del mismo proveedor que nos suministraba las salchichas desde los comienzos; son salchichas artesanales, de la mejor calidad que se puede encontrar, y elaboradas con tripa de animal por una persona y de una en una. Lo mismo sucede con las salsas, que están elaboradas por un fabricante de reconocido prestigio, las cuales aderezamos con una receta propia”, señala el propietario.

 

 

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