Los productos de la firma italiana se avalan de la excelencia de las materias primas que utilizan para su elaboración y de las mejores ubicaciones y más turísticas del mundo en su enclave estratégico. Con más de 200 puntos de venta, en España se halla inmersa en un plan de expansión, contando actualmente con 26 ‘boutiques’ y previendo cerrar 2023 con un total de 30 locales 

Una historia de éxito que no encierra más secreto que la calidad de las materias primas y la naturalidad en su producción. Eso es Amorino. La cadena de heladerías italiana que nació en París y que, con sus 20 años cumplidos, no ha dejado de recorrer el mundo llevando la ‘italianidad’ de sus ingredientes y sabores a sus más de 200 puntos de venta repartidos en 17 países.  

Los orígenes de Amorino radican en la unión de la pasión y creatividad de dos amigos de la infancia, Cristiano Sereni y Paolo Benassi que decidieron ser embajadores por el planeta tierra del placer de disfrutar de un buen helado italiano elaborado como mandan los cánones productivos de la tradición en Italia. Así comenzaba una leyenda que abrió su primera tienda en pleno centro de la capital gala, en la Île Saint-Louis, en el año 2002, movidos por la añoranza de Sereni, -que vivía en París-, de saborear la genuina cultura italiana en un barquillo. 

Un viaje de autenticidad que ha hecho de Amorino “la cadena número 1 de helado artesanal del mundo”, como comenta Daniel Díez, Director General de la marca en España, con quien Bar Business ha tenido el placer de conversar.

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