En este restaurante del joven chef Eduardo Guerrero y su padre Julio, al frente de la sala, el hacer sentir a la clientela a gusto, como en su propia casa, es una de la consignas de los propietarios, ofreciendo al comensal platos tradicionales de sabores reconocibles en los que el producto desempeña un papel principal poniendo una técnica moderna a su merced
De rebosante juventud, el chef Eduardo Guerrero se perfila como una joven promesa de la cocina. Diría más. Eduardo ya se ha convertido en una figura del arte del quehacer culinario, tanto es así que a sus 24 años, su restaurante Adaly ha sido Recomendado por la Guía Michelin, antes incluso de celebrar el primer aniversario de su apertura.
El 14 de octubre de 2022, en el número 122 de la calle Claudio Coello, del prestigioso barrio de Salamanca, de Madrid, Eduardo junto a su padre Julio abría las puertas de su primer proyecto personal en el mundo de la restauración. Una profesión que Eduardo trazó sin darse cuenta y mientras soñaba con ser veterinario por su gran amor a los animales, aunque su afición por cocinar a su familia desde los once años de edad le llevaron a elegir el mundo gastronómico, también animado por su familia. Así fue como se apuntó a la Escuela de Hostelería de Aranjuez y, una vez cursados sus estudios se dirigió al restaurante del chef Pepe Rodríguez (El Bohío, una estrella Michelin y dos Soles Repsol) en la localidad toledana de Illescas a realizar sus prácticas. Entonces, ya apuntaba maneras en los fogones. “Al finalizar las prácticas, me contrataron en el restaurante donde pasé casi 5 años. Estuve en diferentes partidas, en la de entrantes, en la de ‘snacks’, y en la de carnes en la que llegué a ser jefe de partida”, comenta Eduardo.