DOBLE y su coctelería de autor, situadas en el emblemático Paseo de Gracia de Barcelona, se ha convertido el pasado 18 de febrero en DOBLE by Manel Vehí. DOBLE empezó su andadura en 2014 con las propuestas de Javier Caballero. Toma ahora una nueva dirección este local elegante y discreto, inspirado en los clubs de los años 20 de la ciudad de Nueva York. El estudio Azul Tierra firma su interiorismo, mientras que BCN Brand ha diseñado, al detalle, el ‘look’ que viste el nuevo equipo de coctelería. La música en directo y sesiones de ‘dj’ tendrán cabida en este moderno establecimiento, que pronto se complementarán con noches temáticas. El establecimiento se encuentra bajo el restaurante L´Eggs del chef Paco Pérez, emprendiendo un nuevo proyecto con el que el chef prepara una nueva carta de ‘snacks’ creativos inspirados en este ‘bartender’ catalán, a quién conoce desde niño, y que se podrá degustar muy pronto. La combinación con cócteles de estos nuevos ‘snacks’ dará como resultado una serie de armonías, propuestas que, seguro, sorprenderán a todos.
Manel Vehí creció en el Boia, el mítico bar de la playa de Cadaqués que fundó su bisabuelo hace 70 años y por el que pasaron personajes ilustres como Salvador Dalí, García Márquez o Josep Pla. Los paisajes de este pueblo pesquero del Ampurdán geronés que inspiraron al joven Dalí en sus vacaciones de verano y que plasmaría en sus obras cargadas de surrealismo, además de convertirse en la estampa de los últimos días del pintor nacido en Figueras, forman el entorno que ve nacer la pasión coctelera de Vehí.
Este coctelero presume de no tener miedo a las alturas a juzgar por su trayectoria de vértigo con tan sólo 29 años. Se ha formado con algunos de los mejores chefs del mundo, como Ferran Adrià en su paso por elBulli (con Ferran y Juli Soler, descubrió técnicas, texturas y sabores nunca vistos); José Andrés, con el que hizo un ‘stage’ en su restaurante Jaleo; Grant Achatz, tras su estancia en The Aviary. Sus pasos, marcados por su tierra, suman en 2011 la consecución de un sueño, viajar a Chicago para formarse en la coctelería de culto del multipremiado chef, considerada una de las mejores de Estados Unidos. La casualidad le llevó más tarde al 41º, el local que Albert Adrià abrió justo en los bajos del edificio donde vivía el coctelero, con el que se formó también tras su paso por Tickets. Aprendizajes, todos ellos, que han dejado una huella inconfundible en sus creaciones.

 

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