El restaurante Beko-Errota ofrece una cocina tradicional basada en la calidad de las materias primas que utiliza. Además realiza eventos para particulares y empresas debido a sus grandes dimensiones

No puede haber excusas para no enamorarse de un lugar así. El encanto natural ya lo tiene concedido por la madre naturaleza, su enclave se encuentra en Hondarribia, su gran extensión de terreno que luce bonitos jardines, mima la vista y reconforta el espíritu del comensal, y la cocina que emana de sus fogones hace las delicias de los paladares de la clientela.     

Beko-Errota. Sin más. Haciendo alusión a lo que fue en su origen y ubicación. “La palabra ‘errota’ significa molino y antiguamente había tres molinos en Hondarribia y ‘beko’ se denominaba al que estaba situado en la parte de abajo; de ahí, el nombre de Beko-Errota para el local. Hemos querido conservar la esencia de los que fue”, manifiesta Mayte San Sebastián durante nuestra amable conversación.

Y no sólo el nombre transporta al lugar que fue antaño. “De hecho, por ejemplo, las lámparas de uno de los comedores hacen el efecto de las piedras del molino”.

Después de haber cumplido su función inicial, Beko-Errota pasó a ser un caserío hasta que en el año 1982 cayó en manos de los suegros de Mayte y se convirtió en templo del buen comer. Un relevo que tomó el matrimonio formado por Mayte y Fermín, que desde que tenía doce años siempre estuvo al lado de su madre en Beko-Errota. Y, como no podía ser de otra manera, Fermín hace las veces en la cocina y su esposa, en la sala.

Las dimensiones de la casa dan para mucho. En sus 120.000 metros cuadrados de extensión ajardinada poseen unas viñas con las que hacen un vino blanco elaborado con la uva ‘Hondarribi zuri’, una serie de olivos con los que producen aceite, así como manzanos con los que elaboran sidra, como me comenta Mayte San Sebastián.

Y si nos adentramos en su interior, sus cinco comedores pueden acoger a 750 personas para ofrecerles su mejor oferta culinaria, basada en el producto. Y es que en Hondarribia ya se sabe como es la materia prima. “Nuestra filosofía es utilizar verduras y productos de aquí en general. Tenemos muy buen pescado y muy buena carne en el País Vasco, además trabajamos estos productos a la parrilla que otorga una textura y sabor diferente a los platos”, detalla la anfitriona de la sala.

Debido a la idiosincrasia del local, Beko-Errota contempla dos líneas de negocio. Por un lado, desarrolla la función de restaurante al uso, con su carta y menú del día entre semana. Y, por otro, se dedica a la celebración de eventos de diversa índole, tanto particulares como bodas, comuniones, bautizos, etc., o de empresa, acogiendo a numerosos congresos, como señala Mayte. Eventos para los que preparan diferentes tipos de menús.

“Nuestra carta es muy variada, además de los productos mencionados, también tenemos muchos entrantes como por ejemplo la ensalada de bogavante, la parrillada de marisco también sale mucho o los hongos cuando es temporada como ahora, o la alubia roja en invierno”, puntualiza.

Recetas que armonizan con vinos nacionales procedentes de La Rioja, de la Ribera del Duero o del Priorato, principalmente, aunque también con algún vino blanco de carácter internacional, sin olvidarnos de los caldos de su propia producción. “Nuestro vino blanco Eva, que lleva el nombre de mi suegra ya fallecida, tiene mucho éxito”, destaca la anfitriona de la sala.

Propuestas gastronómicas que, en su lado más dulce, incluyen postres artesanales como tarta de queso, flan, arroz con leche o torrijas, entre otros.

 

 

Leer el artículo completo en la revista