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varias mesas cuando se presenten grupos más numerosos
de personas. Una cosa que no se debe hacer es llenar la
sala de muebles, porque los clientes deben poder circular
cómodamente y sentirse libres de charlar con un mínimo
de intimidad.
Asimismo, las
sillas
, además de ser bonitas, deben es-
tar en perfectas condiciones: limpias y colocadas orde-
nadamente. Y si son apilables, mejor aún. A su vez es
importante que sean confortables para que la clientela se
encuentra a gusto. Si se desea hacer uso de cojines, uno
tiene que asegurarse de que sean blandos y que se hallen
bien anclados a las sillas.
No obstante lo anterior, si el local presenta amplias di-
mensiones se puede organizar el trabajo de forma aún más
eficiente. Por ejemplo, se puede crear una denominada
‘
waiter’s station
’ (estación de servicio) donde estén de-
positados todas las herramientas y utensilios que se usan
de un modo más frecuente como vasos, servilletas, cartas
del menú… Así el servicio será más rápido y puntual.
Igualmente, en la zona de la sala se deben colocar per-
cheros, pero posicionándolos en el lugar adecuado, al al-
cance de la mano de la clientela, pero en un sitio que no
estorben. Y para los días de lluvia, también es necesario
contar con paragueros con buena capacidad y colocarlos
en un área visible, por supuesto, cerca de la puerta de
entrada del establecimiento.
Dicho todo esto, no se debe pasar por alto otro aspecto
vital de la decoración de un local como es la
ilumi-
nación
, dado su valor estético. Un factor que debe ser
también práctico y funcional. Se recomienda privilegiar
fuentes indirectas, para conseguir una luz difusa y no
correr el riesgo de cegar a los clientes o de crear zonas
demasiado oscuras. Además es bueno poder regular la
intensidad de la iluminación en función de cada zona
del local y del tipo de servicio que se propone. Sobre las
mesas equipadas para la hora de la comida, la luz será
más fuerte, mientras que para la tarde-noche, deberá ser
tenue y relajante.
Toda una serie de recomendaciones de no dejar caer en
saco roto.
nes rápidas, de manera que permita servir a los clientes
enseguida y con eficiencia. Otra idea puede ser aquella
de contar con taburetes altos, cómodos y funcionales
cerca de la barra.
Por otro lado, nos encontramos con la
sala
del local. Este
espacio va equipado en función de las exigencias del
cliente, teniendo a su vez en cuenta crear una zona que
conceda facilidad de movimiento al personal para realizar
su trabajo de la mejor manera. La sala hay que imaginarla
como el salón de casa, el hacer de ella un espacio aco-
gedor y cómodo es un imperativo. A continuación, Tanfi
señala algunas sugerencias para lograr ese confort y op-
timizar el servicio.
Conviene elegir
mesas pequeñas
, para dos personas. Así
será más fácil gestionar el servicio y se tendrá una mayor
elasticidad cuando se deba acomodar a clientes que acu-
den en solitario o en pareja al local; pudiéndose juntar